sábado, 31 de mayo de 2014
viernes, 30 de mayo de 2014
jueves, 29 de mayo de 2014
miércoles, 28 de mayo de 2014
martes, 27 de mayo de 2014
lunes, 26 de mayo de 2014
domingo, 25 de mayo de 2014
Capítulo 1.026. "De Cristinas y Urdangarines"
Artículo y viñeta para salamancartvaldia.com |
Dos delitos, dos.
Con el periódico abierto sobre la barra del bar, Emilio me
hizo esperar unos minutos mientras terminaba de leer la noticia de que Hacienda
achaca dos delitos al yerno del rey. Después, casi sin palabras, me sirvió un
chato de vino mientras farfullaba algo ininteligible.
Emilio nunca ha sido monárquico, lo que le honra en mi
criterio. Yo tampoco, lo que me honra, según el parecer de Emilio. Es uno de
los pocos puntos de coincidencia que nos unen.
Al cabo de un rato me preguntó “¿Se saldrán con la suya?”. “Mitad
y mitad”, respondí. “Él, no creo.
Ella, sí”, dije yo. “Si es que no hay
Justicia”, sentenció el camarero.
Dos pensamientos acudieron a mi mente. El primero, que tiene
razón, que la Justicia parece agazapada, en ocasiones, como cuando de niños
jugábamos al escondite. El segundo, que con condena o sin ella, para ellos
tienen, convertidos en centro de miradas y en diana de comentarios más o menos
despiadados ganados a pulso. No me cambiaba yo por su ducado.
Don Iñaki, el
plebeyo que jugó a ser duque; el plebeyo que se destapó como embutido. Doña Cristina, la princesa que jugó a
bajar de los altares; la infanta que, por evitar los barrotes, se presenta ante
nosotros como ciega, sorda y un poco tonta.
“¿Se saldrán con la
suya? El uno, volverá al foso en el que nació. A la otra le protegerá la cuna
en la que nació”, pensé sin decirlo.
Emilio me sirvió otro vino. “La casa invita” afirmó mientras unas cuantas gotas formaban un
pequeño charco en la barra.
sábado, 24 de mayo de 2014
viernes, 23 de mayo de 2014
jueves, 22 de mayo de 2014
miércoles, 21 de mayo de 2014
martes, 20 de mayo de 2014
lunes, 19 de mayo de 2014
domingo, 18 de mayo de 2014
Capítulo 1.019. "Ha muerto una mujer".
Artículo y chiste para http://salamancartvaldia.es/ |
Ha muerto una mujer.
Dice Emilio, el camarero de nuestro bar de reuniones, que
conocía a Isabel Carrasco, que un par de veces coincidió con ella cuando
ocupaba el cargo de Consejera de Economía y Hacienda en la Junta de Castilla y
León.
Dice Emilio, que era muy seria trabajando e inflexible
ordenando. “Una de esas mujeres que
tienen las cosas claras”.
Dice Emilio que lamenta mucho su muerte. Seguro que más que
yo, que no la conocía pero que despertó en mí más antipatías que simpatías
cuando aún estaba viva y acumulaba sueldos en una época en la que se pregonaba
austeridad.
Digo yo que sabrán perdonarme cuantos en estos días andan
con las susceptibilidades a flor de piel y se enzarzan discutiendo si es
políticamente correcto o no decir lo que acabo de escribir. Pero es que yo me
quedé tan conmocionado o tan desapasionado como cuando muere, asesinada,
cualquier otra persona en cualquier otra ciudad por causas que no van conmigo
(que no comprendo, porque no acierto a entender ninguna justificación para la
violencia) y a las que les falta el ser alguien mediático, como mediática era
la presidenta de la diputación leonesa.
Digo yo que me han querido engañar, que han tratado de hacer
cuestión política de lo que es únicamente un asunto personal y que eso sí que
tiene delito, aunque no esté recogido en el código penal. Y digo, también, que
me aterra que alguien juegue con los muertos (los muertos, no sus muertos) para
desacreditar movimientos, pensamientos e ideologías. Me encantaría que tanta
sandez como se ha dicho estos días contra los movimientos anti desahucios,
contra la izquierda de verdad, contra todos los que protestamos, fuese investigada
por orden del gobierno por si alienta la violencia o incita al odio.
Digo yo, que descanse en paz, y que nos dejen descansar a
los demás. Y que si esta noche, en el bar de Emilio, tengo que brindar por
alguien, lo haré por las víctimas anónimas de la violencia: esas que no salen
en los periódicos, esas que no interrumpen fastos electorales.
sábado, 17 de mayo de 2014
viernes, 16 de mayo de 2014
jueves, 15 de mayo de 2014
miércoles, 14 de mayo de 2014
martes, 13 de mayo de 2014
lunes, 12 de mayo de 2014
domingo, 11 de mayo de 2014
Capítulo 1.011. "La mayoría silenciosa"
Chiste y artículo para salamancartvaldia.es |
El miedo a protestar
o la mayoría silenciosa.
Me crucé con Ubaldo por la calle y le invité a entrar en el
bar de Emilio. Siempre es agradable escuchar contertulios nuevos que aportan
puntos de vista diferentes. Ubaldo milita en la CGT, uno de los sindicatos
anarquistas que disponen de un servicio de asesoría para trabajadores con
problemas. Nos habló del aumento de consultas, de la variedad de problemas a
los que se enfrentan los trabajadores en esta época de reformas laborales,
despidos y abusos… Y nos habló del miedo. Del miedo, del miedo, del miedo.
-
“Miedo ¿a qué?” Preguntó escéptico Emilio, el
camarero.
-
Miedo a que no les vuelvan a llamar para
trabajar. Miedo a que el empresario de turno le cuente a sus amigos (también empresarios)
que Fulanito o Menganito son conflictivos, porque protestan (o porque exigen
que se cumplan sus derechos). Miedo a las multas en caso de movilizaciones.
Miedo a perder los cuatro céntimos que les ofrecen cuando les corresponderían
cuatro euros.
Entre trago y trago fuimos analizando ese miedo al que unos
llaman conformismo, otros, cobardía, y Rajoy (encaramado al mejor invento de
sus publicistas), llama “mayoría silenciosa”.
Mientras pedía una nueva ronda, me dio rabia pensar que si
todos protestásemos nos iría mucho mejor. Me dio rabia imaginar que si
saliésemos a la calle, no a exigir nuestros derechos, sino a defender los de
nuestros vecinos, ni los boys of Rajoy, ni
los bad troika podrían con nosotros.
Seríamos fuertes… Y libres.
Un plato de anchoas me sacó de mi abstracción y regresé a la
conversación zambulléndome en la contemplación de la tapa aliñada con unas
gotas de vodka y una pizca de tabasco, especialidad de Emilio.
Al menos ese día nos desahogamos hablando y ahogamos las
penas con un chato de vino y un pinchito de anchoa.
sábado, 10 de mayo de 2014
viernes, 9 de mayo de 2014
jueves, 8 de mayo de 2014
miércoles, 7 de mayo de 2014
martes, 6 de mayo de 2014
domingo, 4 de mayo de 2014
Capítulo 1.004. "En cuanto pasen las elecciones..."
Chiste y artículo para www.salamancartvaldia.es |
Nueva reforma laboral.
Una aceituna insumisa, de esas que se niegan a ser ensartada
por un pincho en forma de palillo y resbalan de un lado al otro del plato, nos
dio pie para abrir la conversación de ayer en el bar de Emilio.
Aurora, cansada del optimismo que invade estos días al
gobierno y se contagia a los ciudadanos, comentó que los trabajadores felices,
esos que se dejan arrastrar por extrañas cifras desmentidas por la realidad de
la calle, acabarán como esa aceituna, que se cree a salvo porque sortea
momentáneamente su suerte. Su destino final, prosiguió el razonamiento de la
mujer, no es otro que el del resto de sus compañeras, que acabarán sucumbiendo
a la trituradora de muelas y colmillos.
Aplaudimos la metáfora y hablamos de la nueva reforma
laboral que se avecina, esa que tras las elecciones europeas nos hará temblar y
desvelará que la recuperación es real sólo en las mentes embusteras de la propaganda
y no de los hechos.
Emilio, el camarero, negaba con la cabeza. Defiende a
ultranza que vamos mejor y lo argumenta comentando que las cajas del bar son
algo más elevadas que hace un par de años, aunque calla que siguen siendo tan menguadas
que a duras penas le den para comer y vestir.
A falta de otros argumentos, a falta de palabras con las que
convencernos, Emilio se limitó a rellenar el plato de aceitunas, con su
consabida frase: “La casa invita”.
Gracias al gesto, vimos con más claridad que en el fondo
somos eso: trabajadores fijos despedidos para que nuestro puesto de trabajo lo
ocupen un par de eventuales más baratos que ayuden a camuflar las cifras del
desempleo. O, lo que es lo mismo, aceitunas insumisas que terminan siendo
devoradas, por mucho que se acurruquen detrás de su optimismo.