domingo, 20 de julio de 2014

Capítulo 1.085. "Cementerio nuclear"

Para http://salamancartvaldia.es/
Cementerio Nuclear en Salamanca.

Se me hace raro tomar un vino a las once de la noche, pero las temperaturas veraniegas nos han empujado a refugiarnos en el bar con el sol ya puesto y la fresca peleando, perezosa, por aparecer.

Emilio ha comprado un aparato de aire acondicionado, y la verdad es que se agradece. Al principio, el electrodoméstico fue el protagonista de la conversación. Después, como si una cosa llevara a la otra, la charla nos arrastró por los derroteros del consumo y de la producción energética. Acabamos hablando de plantas y cementerios nucleares y de proyectos para instalarse en la provincia de Salamanca, con alborozo de cuantos esperan obtener con ello beneficio económico, y con mortal desagrado de cuantos recelamos de lo que el futuro haga con nuestros descendientes como venganza por haber convertido estas tierras en basurero nuclear.

Emilio, como no puede ser de otra manera, dice que los que nos oponemos a tal proyecto, lo hacemos sin escuchar los datos que aseguran que no entraña peligro y que la actividad económica saldrá beneficiada. Nosotros, los que formamos la contra, replicamos que sería más fácil creer los informes si a los que los redactan no les fuera tanto euro en juego. Aludimos también a que el cementerio nuclear ha traído anexo el camposanto donde reposa la verdad, la necrópolis de la información y el enterramiento del debate. Porque, una vez más, no se pregunta, se impone, se vende.

Los gigantes económicos no calzan botas de siete leguas, como en los cuentos, sino zapatos acharolados llenos de millones de euros, y eso me desagrada.

Somos pobres. Somos pobres hasta para pedir. Nos ofrecen mierda (¿o debo decir basura?) y la aceptamos sin que nos paguen por ella ni siquiera un plato de lentejas. No tenemos remedio.

¡Así nos va!

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