domingo, 26 de octubre de 2014

Capítulo 1.180. "Lobos hispánicos"

Artículo y viñeta para http://salamancartvaldia.es/

Lobos hispánicos.

Siempre me ha sorprendido la rapidez con la que se puede cambiar de tema en una conversación cualquiera. Eso nos ocurrió el viernes, cuando, en el bar de Emilio, surgió la conversación del “lobo solitario” islámico que apareció el otro día en Canadá. Así, empezamos a hablar de terrorismo, de sus métodos, de su barbarie. Sin embargo la conversación duró poco. Un lobo condujo a otro, y este a una manada entera: la manada de lobos hispánicos corruptos, la jauría de hienas que esquilman nuestra economía, nos sangran e intentan reírse de nosotros y en nuestra cara.

Empezaron a escribirse nombres en el aire: que si Bárcenas, que si Acebes… Pujol, Urdangarín, Magdalena Álvarez… Los Fabra, Matas y ex Matos… los sobres, los sobresueldos, los Rato y los opacos.

Del Estado Islámico, que trata de abrirse paso a tiros, pasamos a los que tiran de la manta en España, a los buitres, los corruptos, los imputados, los condenados.

Y los lobos solitarios se nos antojaron poco peligrosos (sin frivolizar en ningún momento sobre el tema) comparados con tanta sabandija como puebla nuestros parlamentos y sienta sus reales en bancos azules, que se nos antojaban tazas de inodoros.

La casa pagó una ronda, Mario pagó la siguiente. Brindamos para que algunos no puedan gozar de la libertad de tomar alguna en mucho tiempo; brindamos, para que unos cuantos pasen entre rejas las navidades presentes y futuras. Las pasadas nos las han robado con su sinvergonzonería, y difícilmente podremos recuperarlas.


domingo, 19 de octubre de 2014

Capítulo 1.173. "Judas del siglo XXI"

Chiste y artículo para http://salamancartvaldia.es/not/58669/judas-del-s-xxi
Judas del siglo XXI.

La tertulia del viernes resultó de lo más animado que recuerdo. En la tele, como fondo, el runrún del telediario con los ecos del ébola, de las tarjetas opacas, de la bronca de Piqué con la policía local (como se de Aguirre se tratara)… En nuestras gargantas, la fianza millonaria (ni cosquillas) a Blesa  y a Rato.

Ensartado junto a un mejillón, alguien se llevó a la boca la palabra traición, mientras que de la mano de las aceitunas se pronunciaba el nombre de Judas. Caja Duero (cuando aún era Caja Duero), convertida en Judas, Caja Madrid (antes de ser Bankia), convertida en Judas. Decenas de cajas convertidas en Judas para beneficio de cuatro que nos vendieron por treinta (o más) millones de monedas de plata.

Hablamos de preferentes, de desahucios, de botellas de vino pagadas con tarjetas, de lencería (o camisones y pijamas) comprada en tiendas de moda (o camisones y pijamas). Hablamos de inmorales, estafadores y ladrones.

No hubo discusión alguna. La unanimidad reinó durante toda la charla. Todos teníamos claro quién era el enemigo: los banqueros sin escrúpulos, los consejeros que se hacían los orejas, el banco de España, que miraba para otro lado… Y los gobiernos, el de antes y el de ahora, que se negaban a hacer ruido cuando la cosa iba con sus amigos o con sus señores.

La España feudal venía a nuestro encuentro. La España cainita, en la que casi todos somos Abel y unos cuantos nos atizan con la quijada y nos cobran el porrazo.

Yo pedí otra ronda. Emilio hizo pagar una más a la casa. Aquello parecía una reunión del Consejo de dirección de caja Madrid, pero sustituyendo el caviar por aceitunas, trocando el marisco por unos mejillones en salsa que, entre risas y comentarios nos supieron mejor que el rancho carcelario con el que soñamos para tanto sinvergüenza. Rancho que no llegará (los padrinos y los vecinos mandan mucho). Rancho que se me antoja delicatesen para lo que merecen estos judas del siglo XXI.


domingo, 12 de octubre de 2014

Capítulo 1.166. "Del ébola, el consejero, la ministra, el `perro... Y otros animales"

Artículo y viñeta para http://salamancartvaldia.es/
Excalibur y el ébola.

Tengo el cuerpo para pocos vinos. La preocupación se ha asentado en mi cabeza entre ambos hemisferios de mi encéfalo.

Sigue siendo protagonista de la información una cruel enfermedad llegada a España de manera insensata. Mientras tanto, resuenan en la tele los ecos del sacrificio de un perro convertido en símbolo de descontento, de desencanto, de despropósito… De ganas de protestar, de ansia de gritar y llorar porque nos sentimos marionetas en manos de los peores titiriteros que nos podrían haber tocado.

Mi sentido común se pelea conmigo. Yo no habría sacrificado al animal, no lo habría hecho porque creo que esconde muchas claves que podría habernos ayudado a conocer la enfermedad. No lo habría hecho, porque ante la duda prefiero retrasar su condena y esperar a tener un diagnóstico claro. No lo habría hecho, porque me apena el perro, pero más aún sus amos, cargados de miedo, aislamiento, fiebre y preocupación. Y la muerte de su mascota añade pesadumbre de una manera cruel e intolerable.

Emilio nos sirve un vino que cato en único sorbo, casi imperceptible.

Me asusta que hayamos hablado tanto del perro. Me preocupa que no nos hayamos centrado en ministros y ministerios, en misterios que no obtienen respuesta porque los que están obligados a darla, callan. Es más fácil culpar a los demás que asumir lo mal que se han hecho las cosas.

Hemos hablado del perro, por no hablar de Anas, Marianos y calañas. En este mundo de animales, el más humano se llamaba Excalibur.



domingo, 5 de octubre de 2014

Capítulo 1.157. "La cúpula"

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La cúpula.
Después de unas cuantas bromas con que abonaríamos la consumición del bar de Emilio con nuestra “tarjeta negra” de Caja Madrid, fuimos centrando el tema para recalar en las dimisiones, las “espantás” y los muditos que nada dicen, aunque se lo hayan llevado en crudo.

Llegamos así a los sindicatos, y mientras alguien comentaba que les honraba haber abandonado los cargos con tanta celeridad, otros afirmábamos que no tienen pundonor, que lo honorable no es marcharse, sino no hacer uso indebido de fondos o prebendas.

En esas estábamos, cuando salieron a la palestra los archifamosos nombres de Méndez y Toxo y ahí sí que subieron las bilis y bajaron los humores. Los cabezas de los sindicatos son tan lerdos como la hermana del rey, que (presuntamente) no se enteraba de lo que hacía su esposo “porque estaba enamorada”. ¡Vaya ejemplo! Vaya integridad la de quien ve salpicaduras de excrementos a un lado y mira hacia el otro Y vaya poca vista, porque en el otro lado también encuentran mierda por doquier.

Dos granujas en apuros”, los definió alguien en el bar. Lo de granujas, lo comparto. Los apuros nos los hacen pasar a nosotros que tenemos que tragar que desfilen ante ellos fraudes de EREs, estafas con cursos de formación y adláteres suyos metidos a dilapidadores de caudales ajenos. ¡Y no pasa nada!

O sí. Sí pasa. Mejor dicho: ¡Pasan! Pasan de todo. Pasan de ética, pasan de honra, pasan de hacer algo para que esto no vuelva a ocurrir.

Definitivamente la cúpula sindical es cloaca, sumidero de retrete que nos defrauda en lo físico y en lo ético.