domingo, 31 de agosto de 2014

Capítulo 1.120. "El toro torturado"

Viñeta y texto para www.salamancartvaldia.es
El toro torturado.

Con el llegar de las fiestas de Salamanca surge la conversación de todos los años. Ésa que hace que Emilio se salga de sus casillas, grite como sólo él puede hacerlo en el bar y asuste a la clientela que ignora que el muchacho es así, apasionado y faltón en ocasiones, tierno y elegante en otros momentos.

Los toros. O por mejor decir, las corridas de toros. No, mejor no andar con ambigüedades: la tortura que se inflige a los toros para satisfacción de cuatro humanos más sádicos que cabales.
Emilio repitió, como cacatúa, los mismos argumentos de todos los años.

Me reí de cuando afirmó que el toro no sufre: me parece un argumento tan “a conveniencia”. Me burlé cuando le escuché decir que el toro, para reafirmarse como especie, necesita el reto, el castigo, el duelo contra sus iguales en valor y arrogancia: me parece un argumento tan “a conveniencia”. Me mofé cuando escuché que sin las corridas el toro se habría extinguido ya: me parece un argumento tan “a conveniencia”.

Emilio, enfadado, argumentó no sé qué de los toros y la cultura. Yo no soy muy culto, lo sé, pero mi incultura me da para saber que lo mío, cuando cuento cuentos, es cultura. Que los cantantes, cuando cantan, hacen cultura. Que los toreros, cuando martirizan a un animal, están cometiendo un acto de tortura.

El ambiente era tenso. Ya no sabíamos si pedir otra ronda o interrumpir la tertulia, porque el tema hace que nunca acabemos bien. Nekane, psicóloga vasca afincada en esta tierra y que siempre toma partido en el bando antitaurino, rompió la tensión. “Ponnos una ración de bravas. A condición de que sean patatas y no ganaderías”. Mientras Emilio servía el plato, me miró y comentó: “El simio, para ser hombre, necesitó miles de años. No esperes que este animal entienda que debe respetar a otros animales en sólo doce meses”.

Emilio, con un punto socarrón, nos puso el plato de bravas y una banderilla de encurtidos para cada uno. “La casa invita”, añadió con su mejor sonrisa.


domingo, 24 de agosto de 2014

Capítulo 1.116. "Pon un mediocre en tu vida".

Artículo y chiste para http://salamancartvaldia.es/
Con el bar de Emilio cerrado por descanso (en verdad no se ha ido de vacaciones, dice que no le llega la economía para tanto)… Con el bar de Emilio cerrado, decía, tengo más tiempo para leer la prensa digital y menos ocasiones para dedicarme a los papeles.

En casa, solo, leí y releí en el ordenador la última salida de madre del alcalde de Valladolid, César León de la Riva (permitidme que le quite el don, que es título de honorabilidad y respeto). No me escandaliza lo que dice (la costumbre es un buen antibiótico contra la estupidez); ni siquiera me aterra cómo lo dice (su reiteración me ha inmunizado). Lo que de verdad me duele, me desconcierta, me indigna, es que siga ganando elecciones, que siga siendo digno de crédito para los vallisoletanos un gañán capaz de vomitar palabras como él lo hace.

España es país de mediocres. En España, qué pena, triunfa un cocinero dispuesto a dar voces, a menospreciar a quien le invita, con tal de demostrar que es el mejor, el que más sabe, el más listo y, casi, casi, el más guapo. En España arrasa un miembro de jurado de concurso televisivo que enmascara su estupidez y su falta de educación en una pretendida manera de sinceridad y una más que demostrada incoherencia. En España gustan los habitantes de las cloacas que despellejan a todo bicho viviente en las tardes detele-5… Y César gana elecciones.

¿Cómo no iba a surgir un político como De la Riva, más necio que los necios de Sálvame; más indeseable que los déspotas del Sí que vales; más impresentable que el maniquí de Ruiz de la Prada?


Tenemos lo que nos merecemos. Valladolid lo sufre a diario. “Sarna con gusto no pica”, dicen. Pero a mí no deja de desgarrarme tanta picazón como siento en cabeza, tronco, extremidades y alma.

domingo, 17 de agosto de 2014

Capítulo 1.111 (Qué bonito número) "La estafa del ébola"

Imagen y texto escritos para salamancartvaldia.com
La estafa del ébola.

Ayer invité a Emilio a un cubata. Pronunció uno de los mejores monólogos que he oído acerca del ébola. Lástima de grabadora. Sé que tengo una en el móvil, pero nunca me acuerdo de ella. En fin… Más o menos vino a decir… Algo como…

¿Dónde se ha visto que una enfermedad nazca de la nada? ¿Desde cuándo los virus crecen como los champiñones? Ya sabes que yo de estas cosas no entiendo, pero a mí no me quita nadie de la cabeza que el ébola es un invento humano y muy humano. Y, como estoy convencido de ello, sólo me caben dos opciones:

·        A alguien se le escapó de las manos…
·        Algún desaprensivo lo ha usado para forrarse con el negocio farmacéutico.

Pobre hombre ese que ha muerto en Madrid. El cura ese, ¿sabes quién te digo? Pobre hombre, pero no me negarás que han hecho un circo… Nos toman el pelo, Fernando, nos toman el pelo.

Que si máscaras de última generación, que si lo queman todo, que si la autopsia… Allí dejamos que se contaminen sin más y aquí gastamos lo que no está escrito en un solo caso. ¿Cuánta gente podría haberse curado allí con lo que nos ha costado el traslado, la habitación, los trajes, etc.? ¿Cuánta? Pero allí no interesa. Son negros y, en el fondo, los negros nos la traen al pairo.

Prevención e inversión allí. Y que dejemos de robarles tanto.

Yo no le tengo miedo a los chinos ni a los moros ¿sabes? Ni a los moros, por muy Yihad que sean. Le tengo miedo a los pobres, a los hambrientos… Porque en cuanto se den cuenta de que son mayoría, nos comen vivos. Acuérdate de lo que te digo: nos comen vivos.”

No pudo seguir hablando, un cliente le requirió para que le sirviera una jarra de cerveza bien fría. Después, al cierre, solos, le invité a un cubata. Hacía meses que no le escuchaba algo tan sensato, algo con lo que yo también comulgase.


domingo, 10 de agosto de 2014

Capítulo 1.104. "La recuperación económica"

Chiste y texto publicados en salamancartvaldia.com
A su regreso de vacaciones, Aurora llegó abatida al bar. Este año ha disfrutado de menos días en agosto, sólo una semana. El resto del tiempo se lo parte la empresa en meses en los que ni su pareja ni sus hijos pueden disfrutar de ella, ni ella de su compañía. Cobra menos que antes y, encima, ha perdido derechos. Y no se queja, que aún mantiene un puesto de trabajo decente con un sueldo decoroso.

Cuando entró en el bar, andábamos enfrascados en discusión sobre la creación de empleo, las medidas del gobierno y, según el decir de Emilio –el camarero- la excelente política del PP que “nos conduce, una vez más, por la senda de la recuperación”.

Aurora escuchaba sin intervenir. Se había adueñado de la media ración de bravas que habíamos pedido, sin que nadie pudiera enganchar una sola patata. Cuando sólo quedaban seis, seis para siete (ocho, si contamos a Emilio), Aurora pidió un tenedor. La sonrisa de sus ojos delataba que iba a zanjar la cuestión, que tenía un plan para dejar en su sitio a Rajoy, a Báñez y a Emilio. Con el tenedor hizo tres partes de cada uno de los trocitos de patata y nos espetó: “Aquí tenéis vuestra media ración: ¡diez y ocho patatas! No me negaréis que he regenerado la economía”.

Ninguno nos atrevimos a llevarle la contraria. De seis, había sacado diez y ocho. Aurora, como Rajoy, había hecho un prodigio. Ella, la recuperación de las patatas bravas. Rajoy, el milagro de la multiplicación de sueldos y puestos de trabajo.


Emilio sirvió otra de bravas. “¡La casa invita!”, dijo mientras le daba un cariñoso pescozón a Aurora.

domingo, 3 de agosto de 2014

Capítulo 1.097. "Asesinos por omisión"

Artículo y chiste para salamancartvaldia.com
Asesinos por omisión.

El inicio de agosto nos sorprendió en el bar de Emilio con una tediosa tertulia. Se incorporó Susana, cuñada de Mariano y concejal del PP en un pueblo de Albacete. De inmediato arremetió contra la morería al socaire de que desde túneles escondidos ponían en gran peligro las vidas de los israelíes.

Mariano, su cuñado, le replicó en tono jocoso asegurando que sí, que tenía toda la razón del mundo, que los niños muertos podían arrojar osos de peluche contra los soldados judíos provocando un sinfín de bajas entre las tropas del pueblo elegido.

Sospecho que Susana y Mariano se enzarzan con frecuencia, porque monopolizaron la tertulia desde ese momento.

Susana habló de misiles; Mariano ofreció las estadísticas de muertos y heridos en cada uno de los bandos. Susana habló de terrorismo islámico; Mariano dejó sobre el tapete el terrorismo económico. Susana hablo del Irak de los radicales, de Somalia, de secuestros de niñas… Mariano insistió en que todas las armas de Israel tienen firma occidental: estadounidense, europea. Estadounidense, europea. Estadounidense, europea.

Susana quiso hablar de… No recuerdo de qué. Ya me aburría con su parloteo incesante y reiterativo. Pedí otra ronda, me inmiscuí en su diálogo y brindé. Brindé a la salud de todos los niños asesinados en Palestina y les deseé una pronta recuperación tras su muerte.

Indignada, Susana me dijo que mis palabras no tenían sentido. Me abstuve de decirle que las suyas lo perdieron en el primer párrafo de la conversación.