sábado, 11 de febrero de 2012

Capítulo XLVI. Como un Rey. En el que se intuye el aberrante comportamiento que con él se tiene (y se tendrá) y de cómo las diferencias entre ciudadanos nos hacen pensar más en castas que en el artículado de Constituciones españolas. O de cómo aquello de "todos somos iguales ante la Ley" resulta muy bonito sobre el papel.

Los unos piden que entre en coche, por motivos de seguridad.
Los otros ordenan que no se grabe su comparecencia.
Los unos se ríen de nosotros.
Los otros se burlan de nosotros.
¡Cuánto mandan los unos! ¡Cuánto mandan los otros!

¡¡¡Es bueno ser Rey (o yerno del Rey)!!!

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