Vaya charco en el que se ha metido el PSOE, con unos afiliados que se sienten de izquierdas (y otros que se dicen de centro, o centro izquierda); con unos dirigentes con la brújula estropeada, que cuando marca el este quiere decir el oeste, y cuando indica el oeste te manda hacia el este; con unos poderes fácticos acomodados en sus casas de lujo marroquíes o mejicanas.
Vaya marrón para Pedro Sánchez, que quiso jugar a ser de progresista pactando con la derecha.
Vaya errores cometidos (y los que aún le quedan por cometer) que le llevan al suicidio en las urnas. Lo malo es que ha decidido matarse degollándose... Con un cortauñas.
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