lunes, 26 de marzo de 2012

Capítulo LXXXVIII. Asturias. Donde se cuenta cómo, tras el despilfarro electoral, nada cambia, todo sigue como estaba. Y los protagonistas dormirán tranquilos sin haber aportado nada nuevo, sin haber contribuido a que algo cambie.

Asturias si tú pudieras,
si tú supieras cantarme.
Cascos tropezó con su egocentrismo.
Los demás, le siguieron en su caída con alardes de demagogia y vanagloria.
No sirve de nada, está visto. No sirve de nada, porque nada cambia...
Salvo las caras que renuevan sonrisas al comprobar que,
sumisos, seguimos siendo sus juguetes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario