lunes, 30 de abril de 2012

Capítulo CXXXIX. Salvaje. Qué ilustra cómo el trofeo no siempre encarna valores, y de cómo puede ser símbolo de infamia.

Su sonrisa es mi penar.

En las manos, despojos de su presa.
En al mirada, satisfacción por el dolor causado.
En el alma...
En el alma, nada.
Nada de nada.
La nada más oscura.

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