domingo, 25 de marzo de 2012

Capítulo LXXXVII. Sin recato. En el que se muestra cómo los intereses vencen al arrepentimiento y donde se ve que sigue siendo más fácil estar del lado de los verdugos que de las víctimas. Y esto es así en España, el Vaticano o México.

Triste visita aquella que ignora a los que sufren.
Anda el santo padre por tierras nahuas, mayas, mazatecas...
Ora reza, ora ora.
Mas no saca tiempo para dar consuelo a los que otros,
en su derredor, ofendieron.
¡Qué largos son en sermones!
¡Qué parcos al aplicar los renglones!

3 comentarios: