Nos habla el rey de paciencia y de agradecimiento. Paciencia, digo yo, desde su sueldo. Y agradecimiento, supongo, por su sueldo.
Nos habla de regeneración y de corrupción. Regeneración, opino, la de la economía de sus allegados, que se forraron por mor del sudor de nuestra frente. Corrupción... La de los mismos, con menos escrúpulos, parece, que su majestad.
Nos habla de generosidad y de sentido de estado. ¡Qué palabras tan vacías cuando su plato está siempre lleno; su estancia, caliente; su cuenta corriente... De corriente no tiene nada. Tiene mucho más de cuenta.
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