|
Artículo y chiste para http://salamancartvaldia.es/ |
Mario empezó la tertulia del bar con una frase lapidaria: “Lo más canalla que han hecho estos, es
retirar la Sanidad Universal”.
Emilio, el camarero, protestó y le llevó la contraria. Habló
del turismo sanitario, de la imposibilidad de asumir tan elevados costes
económicos, del egoísmo de los que quieren recibir sin aportar.
Llevo un tiempo apagado en las tertulias; me apetece poco
intervenir, porque me resultan repetitivas. Y ésta lo era, sin duda. Sin
embargo, no pude más, que de lo contrario la bilis se me escaparía hasta por el
ombligo, y eso que es cicatriz cerrada.
“¡Todo eso es mentira!”
Grité. Y mi argumentación viajó por la pobreza, por la prevención, por el
riesgo a que todos nos contagiemos con la enfermedad de alguien que no tiene
dinero para ser atendido en España. Mi lengua sobrevoló paisajes de solidaridad
y egoísmo, de cordura y rendimiento económico, de racismo y xenofobia.
Hacía tiempo que no estaba tan enfadado.
Emilio se retiró de la contienda, no sé si apabullado o
rendido frente a la firmeza de lso argumentos.
Pedí otra caña. Emilio me puso un vino. Alguien, el otro
día, pidió un reserva y no terminaron la botella. El camarero, mi amigo,
consideró que era buen momento para acabarla sin darle tiempo a que se
arruinara.
“La casa invita”,
me dijo con media sonrisa en la cara.
Me disculpé. Hay cosas que espero que no tengan perdón de
Dios. Ésta es una de ellas. Lo peor es que la defienden los que se dicen ´más
devotos, esos que no creen en otro Dios que no sea el dinero. Su dinero.