Hay muchas maneras de enaltecer/vivir el fascismo. Inculcar el odio visceral al contrario es una de ellas, y determinados centros respiran odio, como lo hacen muchos de los medios de comunicación en España.
Mucho más peligroso que enaltecer el fascismo es vivirlo y, me temo, en determinados ambientes es una partícula que flota en el aire.
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