¡Ay, que resulta que hay mucha más incidencia en los barrios pobres que en los ricos!
¡Ay, que se veía venir!
¡Ay, que nos distraen achacando los contagios a otras causas! Que quizás, no digo que no, pero los datos cantan, las cifras demuestran.
¡Ay, que los pobres no pueden salir a hacer caceroladas: necesitan lso recipientes ara preparar la comida que les falta!
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