Que alguien abandone un cargo de ministro para aspirar a desempeñar otro puesto en la administración, es elogiable. Que se haga para sentarse en el Consejo de Administración de alguna gran empresa, comno hacen los del PP (y los del PSOE), es repugnante.
Así, pues, hasta que el tiempo me demuestre otra cosas, mi respeto hacia Salvador Illa y mi furia contra quienes le critican teniendo tanto que callar.
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