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Imputada y rescatada.
¡Las risas que nos echamos el otro día en el bar!
Decía Emilio, el camarero, mucho más cercano a Maruhenda que
a Madina, que no entendemos nada, que el matrimonio Urdangarín-Borbón tenía
razón al hacer lo que hizo y nos explicaba que una Ana Sanz Pérez, por poner un ejemplo, tendrá siempre menos gastos
que Su
Alteza Real doña Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de
Borbón y Grecia. Y añadía, sin que pudiésemos llevarle la contraria “¿Os imagináis la cantidad de bolígrafos
extras que tuvo que gastar la pobre niña sólo escribiendo su nombre? ¿Os dais
cuenta de la cantidad de tinta de ordenador que chupa la impresora sólo al
reproducir su nombre? ¡Arruinada tiene que estar la familia! ¡Arruinada!”
Replicaba Aurora que es cierto que los del pueblo llano no
podemos entender los problemas de esa gente que vive en las alturas y nos
invitaba a imaginar a la Reina doña Sofía Margarita Victoria Federica
Glucksburgo llamando a merendar a sus hijos:
“¡Elena María Isabel Dominica de
Silos de Borbón y Grecia, a merendar! ¡Felipe
Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia, a merendar!
Pobre familia, qué extra de
capacidad pulmonar. Qué esfuerzo de expulsión de aire para gritar… Y eso
suponiendo que no les diga en qué consiste el menú:
¡Elena María Isabel Dominica de
Silos, Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad, Felipe Juan
Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia, venid ahora mismo
a degustar vuestros canapés glaseados, con caviar de beluga; fajitas de secreto
ibérico con pimiento y jalapeño; y Domes truffle ice!
No, no es de extrañar que
necesiten un dinero extra. No es inmoral que se busquen la vida, al amparo del
nombre de papá (o papá político) para remediar la injusticia que lleva
aparejada una vida tan dura y traicionera. Es de justicia. De absoluta
justicia.”
Emilio nos puso una ronda. No brindamos por gente con
nombres tan excelsos porque, al acabar de pronunciarlos tendríamos tanta sed
que apuraríamos los vasos de un solo trago y tendríamos que andar robando para
poder pagar la siguiente ronda.
No sabéis lo aliviado que me sentí al ser un sencillo
Saldaña Fernández.
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