Competimos cada año por ver cuánto nos pueden recortar las libertades.
En ocasiones, toca hacerlo a golpe de porra; otras veces, a golpe de dinero, encarnado en multa; otras, las más, a base de recortar la inteligencia de los votantes, anularles con promesas vacuas y hacer que se lo crean. O que crean que el PSOE no apoyó al PP, sino que diseñó una estrategia para frenarlo.
Los Quijotes padecen estos días. Los Sanchos, como quiero ser yo, padecemos (me temo) siempre.
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