Dentro de ese retroceso social, cultural, de derechos... que estamos padeciendo, resulta que ahora vuelve a estar mal visto que una madre amamante a su hijo en público.
Definitivamente el pecado no está en las acciones, sino en los ojos de quienes lo miran. Así, una legión de pacatos, se escandalizan y ponen el grito en el cielo. A ellos, en vez de leche, parece como si les hubiesen amamantado con cicuta cuando eran pequeños.
Pues si, lástima que a algunos no fueran amamantados con cicuta, claro que lo que es seguro es que no fueron amamantad@s.
ResponderEliminarNo me extrañaría que lo hubiesen estado: están envenenados (y todo lo envenenan a su paso)
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