Se adueñan del nombre, como si España fuera suya. Se adueñan de su concepto, como si no se pudiera pensar de otra manera. Se adueñan de la historia, como si pudiese escribirse con mentiras. Y se adueñan del pasado, ese pasado cercano que forjó lo que somos a fuerza de sangre y cunetas.
Son la contraEspaña, la sinEspaña, la suEspaña cargada de odio y de mentiras.
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