Se levantaron una mañana convencidas, convencidos, de que los problemas no se iban a arreglar solos. Se enfundaron chalecos amarillos y salieron a la calle a defender lo suyo, lo de todas, lo de todos, aquello que han de heredar sus hijas y sus hijos.
Y con esa premisa por bandera, vencieron.
Posem-li el cor!
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