Nos atontan con sus verdades (con la difusión manipulada de sus verdades), y nos mueven hacia donde quieren.
Llevamos años viajando al país de los "sinderechos". Lo han hecho tan bien, que nos hemos acomodado y hemos asumido que es así.
Ni derecho al trabajo, ni a la vivienda, ni a una sanidad sin retrasos ni prisas. Sin derecho a la protesta, ni a decidir dónde guardo mi dinero.
Sin derecho a tener derechos.
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