Artículo y viñeta para http://salamancartvaldia.es/ |
En charla de amigos, me preguntan si creo que Juan Carlos,
el exrey al que ahora llamamos emérito, debe abandonar el Palacio de la
Zarzuela. La pregunta es tonta o tiene trampa, no los é muy bien, porque sólo
hay una respuesta posible: ¡Claro!, pero no en dirección a otra vivienda
suntuosa, a otro palacio de papel sufragado con capital público o con fondos de
oscura procedencia, sino rumbo a Alcalá Meco (Soto del Real, Topas, Brieva o
donde quiera que haya un centro penitenciario), que es donde van las gentes que
hacen lo que (dicen) él ha hecho.
La inmunidad para los asuntos personales de un mandatario,
es tongo, es política con dopaje, es aberración, que rima con Borbón.
Mientras no se haga así, la institución de “El campechano” y
la de “El preparado” seguirá bajo sospecha, salpicada de infamia y encubierta
por políticos sin escrúpulos y medios de comunicación manipuladores.
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