Capítulo 1.411. Imputados.

Que dice el Supremo que no, que no hicieron bien su trabajo.
Que dicen los jueces que no, que no está bien que mirasen para otro lado.
Que dicen los magistrados que ya está bien, que ya está bien de reírse de la gente.
Ahora les toca pasar, pasar por el aro de ser juzgados.

Me alegro. Me alegro tanto...

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¡Imputados!

Después de dar tanta vuelta a la cuestión, va el Supremo y dice lo que todos sabíamos, lo que todos esperábamos. Los jefazos no son corruptos, sólo prevaricadores. Son personajes de esos que moraron para otro lado cuando estaban obligados a mantener la diligencia.

Después de marear tanto las dimisiones y las responsabilidades, va el Supremo y dice que los sienta en el banquillo, porque estaban obligados a cuidar con celo aquello que no era suyo, sino nuestro.

Después de dar tantas vueltas a pactos y componendas, va el Supremo y dice que hasta aquí, que ya está bien de mirar para otro lado seas Presidente autonómico o seas magistrado.

Los “expresis”, al banquillo. Los magistrados, a juzgar desde su sillón. A juzgar y a hacer justicia, que es lo mínimo que esperamos.