Una cierta amnesia ha tenido nuestro rey en su discurso. Al pobre se le ha olvidado hablar de la corrupción y de la crisis política.
Algunos analistas quieren ver en ello virtud. Yo veo amnesia. O indiferencia, como si ambas cosas no fuesen con él; como si nos mirase desde una nube, desde lo alto, sin que le salpiquen los problemas que afectan a su pueblo.
Luego miré el calendario y pensé...
¿Corrupción? ¿Cómo va a hablar de la corrupción cuando su hermana se sentará en el banquillo de los acusados dentro de quince días?
¿Crisis política? ¿Cómo va a hablar de ella cuando cada vez es mayor el clamor que pide república en la calle y en los parlamentos?
¿Amnesia? Evasión. Evasión de la realidad. Manipulación de nuestra verdad.
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