Se me indigesta la cena de noche vieja. Ver a Rajoy pregonando las bonanzas de su política económica y comprobar en la calle la cantidad de gente que busca migajas ocultas en los contenedores de basura, me provoca ardor de estómago.
Hacer que esta gente se marche a sy casa ya no es cuestión de sentido común, Es un imperativo de la justicia.
Mi deseo para 2016 es que se vayan. Mi felicitación no será completa hasta que lo hayamos conseguido.
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