Los del PSOE (que no quiere decir, necesariamente, los socialistas) han aireado sus diferencias y sus vergüenzas (que vienen a ser las mismas). Han debatido, dicen, y no han alcanzado ninguna conclusión diferente de lo que ya sabíamos.
Debate bronco, debate lerdo. Prescindible 100%. Dos que se faltan al respeto (que nos faltan al respeto) y un convidado de piedra que ni él mismo se cree el papel de árbitro del que tanto le gusta presumir.
El PP brindó con champán. La izquierda asiste al funeral de uno de sus hermanos.
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