Iba a titularlo "Siguen llegando", pero son tantos los que mueren en el mar, que me pareció más oportuno hablar de intentos.
Desde la orilla, vemos y callamos. No nos avergonzamos, obedecemos las órdenes de quienes deciden quiénes pueden vivir, quiénes deben morir; quiénes tendrán para comer, quiénes verán morir -de hambre- a sus hijos.
El primer mundo, definitivamente, es el primero. En falta de humanidad, en insolidaridad, en prepotencia... En asesinatos.
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