Oigo en la radio que han encontrado el cadáver de otro pobre hombre que vendió su vida a cambio de buscar una mejor en España.
Veo las imágenes de la caravana de hondureños a las puertas de unos EEUU insolidarios y explotadores.
Pienso en los ricos internacionales y en cómo amasaron fortunas expoliando a los menos favorecidos.
Hoy no me apetece llorar. Hoy quiero luchar sobre las pateras o en Méjico, a las puertas (casi) del infierno.
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