Primero: ¡No a la violencia! A ninguna violencia. Y no es equidistancia. Es algo por lo que llevo defendiendo muchos, muchos años, desde los tiempos en los que me negué a incorporarme al servicio militar porque entendía (y lo sigo entendiendo) las fuerzas armadas son escuelas donde se enseña a matar y donde no se duda en hacerlo si los mandos de turno así lo ordenan.
Segundo: en la base de todo esto está una ley absurda, injusta, abusiva, ambigua e injustificable, que permite que se juzgue a alguien por expresar opiniones; que consagra las devoluciones en caliente; que permite que se arreste a alguien por difundir imágenes de la policía; que castiga con severidad intentar frenar un desahucio...
Urge legislar de otra manera, sin abusos, sin dobles lecturas. Y urge hacerlo sin excusas.
El PSOE lleva ya demasiado tiempo gobernando como para dar un paso adelante definido y definitivo. Mientras tanto, seguirá siendo tan culpable como el partido que creó este engendro.
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