No contenta con ser olvidadiza, quiere que nosotros no recordemos su paso por un juicio, su defensa esperpéntica, su incalificable absolución...
No, lo siento, pero mi sangre no es azul. Quizás por ello mi organismo me permite recordar, y es bueno que así sea.
Recordar que fuimos estafados, robados... Y abandonados por una fiscalía más interesada en lavar los trapos sucios de cierta familia, que en defender los derechos comunes de todos los ciudadanos.
Lo siento, ex-duquesa, pero yo no voy a olvidar (y, espero que Google, tampoco).
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