No cambian. No cambiarán. Siguen concibiendo España como un cortijo donde hoy cazo conejos, porque es mío, mañana talo una encina, porque es mía.
No cambiamos. No cambiaremos. ¡Coño! Que seguimos dejándoles hacer y deshacer.
Al menos, de vez en cuando salta un pequeño escándalo y se detiene una tropelía. Esta vez, a costa de la imagen de la Guardia Civil, que se come el marrón de decir que aceptó un presupuesto de reforma a cargo de un piso de Serrano, pero que el piso no era para él.
País de estafadores.
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