Aprovechando la noche económica,
con sus sombras y oscuridades,
redujeron gastos de partidas que debieran ser intocable;
apuraron presupuestos, acelerando la sequía cultural;
desecaron los pozos que alimentan
los oasis de la formación y el aprendizaje.
Al amparo de la crisis.
¡Malaya!
Al amparo de la crisis.
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