No sé si será obsesión, firmeza o determinación. Ignoro si resulta imprescindible, acertado o concluyente. Pero, hasta por el hambre nos cobran ya. O, mejor dicho, más que generarla, la venden con sus ajustes, sus doctrinas y sus presupuestos.
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Lejos de ser exageración, se convierte en el pan (que no niegan) nuestro de cada día. |
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