Ignoro si ellos lo llamarán "daños colaterales", o quizás digan que es la mala suerte. Tal vez se escondan detrás de otros eufemismos cuyo significado se me escapa.
Yo no me atrevo a jugar con las palabras y lo defino como una nueva "victoria" de la política del PP, política en la que se desprecia aquello que no sea economía pura y dura. Política de regresión ideológica, tras la que subyace que el hombre es el hombre, superior a la mujer, dueño y señor de ella.
Triste victoria esta, la del macho sobre la inteligencia, la del dominio sobre la igualdad.
Triste política y triste ministra de acciones invisibles. Ni siquiera tiene el decoro de abandonar su cargo.
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