Siguen negociando (dicen). Continúan hablando (dicen). Marcan las fronteras en lo trivial (afirmo) y olvidan lo importante (lo más importante). Hablan de líneas rojas. Yo sólo veo líneas en las lágrimas, en la sangre, en el sudor de las gentes. Y esas, algunos, no quieren verlas. ¡Ciegos de espíritu!
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